Pero no es el de un beso cualquiera, no el de un beso de pasión, ni siquiera el de un beso de amistad, para mi el beso más importante es el beso de amor incondicional, transparente, inmaculado e inocente que mi hija me da.
Sus besos me saben a gloria, me reconfortan, me reaniman y me recargan las pilas para seguir afrontando el duro día a día.
Son besos maravillosos, llenos de amor y ternura, besos que no se regalan, se reciben sin pedirlos y no dejas escapar ni uno de tu mejilla.
Besos que me dicen mucho del amor que hay entre nosotras.
Nuestros besos son de vaca, mariposa, esquimales, normales, de pez.. etc….
Besos inventados para reírnos y llenarnos del amor que nos procesamos mutuamente.
Es nuestro momento, nuestros besos acompañados en muchos casos de fuertes abrazos y un “eres la mejor mama del mundo”, “mi princesa del alma”, palabras casi en ritual que siempre nos decimos al dedicarnos nuestros besos.
El poder de un beso es infinito, pero si proviene de tus hijos se convierte en ÚNICO.
4 comentarios:
Maravilloso, me encanta sentir en tus palabras ese sentimiento.
bonita y sensible reflexión que solo las mamas conocen, felicidades me gusta ups..... muxoooo
precioso,tierno, bello, como madre me llega al alma.
Buenos días alicia, tus escritos me reflejan la pasión que sientes por tu hija, realmente precioso, gracias por deleitarnos con escritos llenos de sentimientos y amor.
Un beso y feliz navidad.
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