No me catalogues como rara
solo soy diferente a las demás

jueves, 16 de octubre de 2008

FELIPIN, EL SEÑOR PIOJO





Erase queseera una vez....







Entre las plantas y flores, de un bonito pueblo vivía un pequeñito piojo, se encontraba muy alegre y coquetón, saltando de planta en planta, entonando su canción, era Felipin el piojo juguetón.


Cada día al levantarse se arreglaba y se posaba en una flor cantando su canción.
Soy piojito tan lindo y juguetón que nadie me iguala cantando mi canción.

¡Que hermoso día amaneció hoy!...¿A quien conquistaré ? Nadie se resiste a mi belleza, ni a mi inteligencia, ni a mis movimientos bailarines, nadie puede resistirse a mi.

Colocándose el sombrero de los domingos, y peinándose el pelito exclamó, ¡que guapo y hermoso soy!, …

Felipin, inició su caminata saltando de flor en flor, y se encontró con una bella mariposa de muchos colores a la que miro con indiferencia. Lila la mariposa lo saludo con corrección y sonriendo dijo ¡Hola felipin! Donde vas tan guapetón.

Así soy yo, sin mirarla continúo su camino.

Lila le preguntó ¿te gusta mi nuevo color? Lo adquirí con la ayuda del viento, las flores y el sol, ¿ a que es muy bonito?.

Soy hermoso sin la ayuda de nadie, respondió felipin.
Lila la mariposa muy triste y enfadada se alejó volando con sus hermosas alas.

Un gusanito que lo miraba con temor le gritó:

Eres muy altivo, y vanidoso, ¿no te da pena la pobre lila?.
No, respondió Felipin, soy el más guapo, todos me aman.

!Todos no!....Tú haces daño sin saberlo, le replico el señor gusanito.
¿Yooo?...... Contestó Felipin extrañado.

Si, a los niños replicó gusanito, quedándote en sus cabecitas, alimentándote de su sangre, ocultándote entre sus cabellos cerca de las orejas y el cuello, además te encantan todas las cabecitas limpias y menos limpias, produces picores y saltas de cabecita en cabecita sin importarte nada.

Felipin sonrió y dijo: Es mi cometido. Vivir de los demás, nadie puede echarme soy hermoso, todos me aman.

El tembloroso gusanito, asintió con la cabeza y se escondió tras una hoja. Mientras tanto Felipin muy altivo aplastó una bonita e indefensa flor.

¡Ay! Dijo Rosa, ten cuidado señor piojo, me has hecho daño.
El piojo felipin enfadado respondió: Ciego no soy, ni torpe, no me gusta que nadie se cruce en mi camino, favores no doy, todos necesitan de mi, y yo no necesito a nadie.

Que suerte tienes le respondió Rosa, yo para tener mi color necesito de la tierra, el agua y el sol, y el perfume me lo dio dios.

El piojo indiferente al dolor y lágrimas de la Rosa, se fue saltando de flor en flor sin darse cuenta que un pozo profundo en la tierra había.

Auxilio, socorro….. Ayúdenme.

La mariposa y el gusano que lo escuchaban, se acercaron y preguntaron, ¿Quién anda ahí?....

Felipin, gritó: Soy yo el señor piojo, sácame de esta profundidad.

Tú lo puedes todo, salta, salta y a la cima llegarás le respondieron la mariposa y el gusano en tono burlón.

La Rosa que estaba escuchando le dijo:
Salta, salta felipin y a la cima llegarás. Tú lo puedes todo no necesitas de nadie, demuéstralo…

El piojo apenado, avergonzado y en voz baja dijo: Ayudarme por favor, todos al mismo tiempo respondieron: Salta, salta felipin y a la cima llegaras. Tú lo puedes todo no necesitas a nadie. Demuéstralo.

El señor piojo hizo de nuevo el intento de saltar, pero fue inútil porque el pozo era muy profundo. Lila la mariposa, la rosa y el señor gusano, al escuchar los lloros de felipin se compadecieron y le ayudaron a salir. Soy un piojo tan lindo y juguetón que aprendió una lección.

Y cuento contado este se ha acabado.

Moraleja: Nunca sabemos cuando nos puede hacer falta una mano amiga.

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